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Un tractor con mucha historia

23-07-2020


Un tractor con mucha historia
El tractor estuvo arrumbado, a la intemperie y sin darle uso

Si has visitado el Museo Escolar de Pusol desde el pasado otoño, habrás podido recorrer la sala “Los años del cambio”, donde se expone, entre otras piezas, aquella maquinaria que fue haciendo desaparecer paulatinamente la forma de vida más tradicional de las comunidades rurales. Allí, delante de una fotografía en gran formato de un terreno arado del Camp d’Elx -instantánea de Jaime Brotons-, se halla una de las piezas que más acapara la atención de nuestras visitas: el tractor.


De color rojo y marca alemana (Hanomag), este tractor datado en 1955 fue de casa en casa hasta finales de la década de los ochenta, ayudando a vecinos y vecinas del Camp d’Elx y alrededores a trabajar sus tierras, dado que una sola máquina podía hacer en pocas horas todo lo que al agricultor le llevaba días… Así, el tractor relevó a los animales de tiro y se arrinconaron los aperos de labranza y los aparejos de caballería. Su aparición es, sin duda, uno de los momentos más simbólicos de la mecanización del campo.


Tal y como nos cuentan en varias entrevistas José Berenguer y Pedro Quirant, conocidos respectivamente como Pepe “El Matolero” y “El Periquín”, este tractor era propiedad de un tal Antonio “El Guardia”, vecino de Daya Nueva. Durante tres años, esta máquina -así como una trilladora Aljuria de nueve metros y medio de largo, de la que el tractor tiraba para hacerla funcionar sobre el terreno- estuvo arrumbada, a la intemperie y sin darle uso, en una finca propiedad de “El Periquín”. Pero, conociendo éste que su legítimo propietario tenía intención de llevarse ambas a un museo de Murcia, intervino para que permanecieran en el Camp d’Elx. Y, así, gracias a sus gestiones y a la inestimable ayuda de “El Matolero”, el tractor y la trilladora pasaron a ser propiedad del museo. Pero no acaba aquí la historia, todos y todas hemos oído hablar del traslado de estas piezas y su singular comitiva…


En la tarde del 26 de octubre de 2001, tras la adquisición anteriormente comentada, vecinos/as, familiares y amigos/as se reunían para llevar a cabo el traslado de ambas máquinas a las instalaciones del Museo Escolar de Pusol. Fue un acontecimiento importante, no solo para el museo, que engrosaba sus fondos, sino para toda la partida de Puçol. Pocos/as de los/as que formamos parte hoy en día del Proyecto vivimos esta donación, pero todos y todas conocemos su historia y lo que hicieron sus donantes, así como a los vecinos que hicieron posible traerla hasta nuestras instalaciones, entre los que hay que hacer especial mención a Carlos Díez “El Mellat”. Gracias a una grúa de su empresa de camiones, la trilladora pudo levantarse del suelo, puesto que, por las lluvias de esos años, las ruedas se habían hundido en el barro. Y, gracias a los conocimientos de mecánica de estos tres vecinos y tras varios intentos fallidos, el tractor pudo ponerse en marcha y trasladar la trilladora hasta el museo, tal y como se hacía en el pasado, con “El Matolero” al volante. Durante el recorrido, vecinos y vecinas recibían a la comitiva, veían pasar el convoy e incluso tiraban cohetes y tracas[1]. Un logro que ha pasado a la historia de las donaciones del Museo Escolar.


Pero el recorrido del tractor no termina ahí... Fue trasladado al IES La Torreta para ser restaurado por el alumnado del Ciclo Formativo de Carrocería y, tiempo después, ya en el museo, se le sustituyeron los neumáticos. Pese a haber recuperado todo su esplendor, el tractor tuvo que ser almacenado, primero en el taller de las mismas instalaciones del museo y luego en uno de sus almacenes, puesto que no había espacio suficiente para exponerlo al público de forma adecuada…


Dieciocho años después de su primer traslado al Museo Escolar, el tractor regresó en 2019 gracias, de nuevo, a la ayuda de Carlos “El Mellat” y al nuevo espacio expositivo subvencionado por el Patronato de Turismo Costa Blanca de la Diputación Provincial de Alicante. Además, gracias a la gestión del jardinero del museo, José Esquembre, el vecino de Valverde Roque Bru nos prestó de uno de sus tractores las aletas que tapan el motor, piezas que le faltaban a nuestra máquina, tras ser restaurada por el compañero Javi Beltrá.


“Cada vez que voy al museo y lo veo, se me cae la baba”, nos decía Pepe “El Matolero” en una entrevista reciente, pues siempre recuerda la historia del tractor y la trilladora con añoranza y emoción….


Tras muchas idas y venidas, el tractor por fin puede ser disfrutado por el/la visitante del Museo Escolar Pusol, quien puede evocar y/o conocer a través de la pieza esa época de tránsito, esos años de cambio.


Autora: Marian Tristán, coordinadora del Museo Escolar.





[1] DÍAZ BOIX, Humbelina: “Una pieza emblemática: Crónica de una donación” en El Setiet, 13, primavera 2002, pp. 104-107. En línea: www.museopusol.com/media/descargas/10.pdf.



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